lunes, 21 de marzo de 2011

Introducción a un modelo didáctico constructivo, comunicativo y colaborativo de enseñanza aprendizaje de habilidades sociales.

Para los que trabajando en la esfera de la educación social entendemos su naturaleza, nos resulta difícil deslindar lo que ocurre en los centros escolares referente a la convivencia entre el alumnado y profesorado, y de los alumnos y alumnas entre sí, y los valores sociales con los se llega provisto al Instituto. Por eso, resulta relevante poner en relación la educación en valores sociales y la convivencia en los centros escolares.

Se puede discutir, en torno a quiénes son los responsables últimos de la transmisión de valores y cómo se deben interpretar cuando lo que se aprende y transmite desde el ámbito familiar no se corresponde con los valores que se tratan de enseñar en el ámbito escolar. No obstante, desde mi punto de vista, correspondería principalmente al marco familiar determinar qué valores se deben transmitir a los hijos e hijas, y qué prioridad deben de tener en su relación en la sociedad y con la escuela como microsistema social. Y no, bien por comodidad, bien por otras circunstancias, se inhiban de la educación de sus hijos e hijas delegando gran parte de su responsabilidad, por no decir toda, en la institución educativa sobre su educación, en el más amplio sentido semántico de la palabra. Pero, aun así, resulta imprescindible hallar puntos de encuentro entre ambos y garantizar unos valores mínimos que constituyan el equipaje principal de nuestro desarrollo en la vida.

Antes de nada, y en el momento presente de la cuestión, se hace necesario realizar algunas consideraciones que ayudarán a acotar los significados que sobre el particular existen. Hay que detectar el origen de las situaciones y las causas, así como las posibles estrategias de prevención proponiendo, en cada caso, soluciones si es que las hay, pues no existen las recetas mágicas.

Así, y sin ser exhaustivo, hay que diferenciar violencia, conflicto y comportamiento disruptivo.

La violencia es una agresividad gratuita y continua de abuso y prepotencia, tanto física como moral, que denigra tanto al agresor como a la víctima y que es donde estaría enmarcado el acoso escolar.

El Conflicto, coincidiendo con muchos autores, se produce cuando hay un enfrentamiento de los intereses o las necesidades de una persona con los de otra, o con los de un grupo o con los que detentan la autoridad legítima con sus adversos. No siendo el conflicto necesariamente sinónimo de caos o desorden, y sí inherente a la propia existencia y convivencia humana, pudiendo llegar a ser enriquecedor.

Y por último, el Comportamiento disrupto, que abarca a aquellas conductas enojosas, de algunos alumnos y algunas alumnas que quieren llamar la atención, tanto de los compañeros como del profesor o profesora.

Hay que aclarar, inmediatamente, que las situaciones anteriores no se dan en estado puro y linealmente sino que se cruzan y transversalizan en una convivencia escolar, que se da en un contexto -Institución educativa- mediatizada por intereses, presiones, situaciones que influyen en el desarrollo de la misma y que no son ajenos a los existentes en nuestra sociedad. Tomar posición con respecto a cuál nos parece la causa o las causas del problema, condiciona el modo de hacerle frente y de enseñar posibles estrategias y soluciones, además de analizarlas de una manera integral.

No hay comentarios: